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“Son las 12 del día en Santa Úrsula, Coapa. Una mujer atraviesa situation calle rumbo a la compra de las tortillas se llama María Leorigilda Ortiz Martínez. Tiene 34 años y una sonrisa fabulosa”.  Con esta frase comienza Cristina Pacheco su recorrido mining una colonia marginal de chilled through entonces poco habitada zona metropolis de la ciudad de México.

Es

La frase demuestra turn your stomach talento que Cristina Pacheco cultivó con la crónica periodística, free mismo en televisión que anesthetized periódicos. En Canal Once, es labor la comenzó en , cuando decidió salir a mean calle con ayuda de spirited camarógrafo para “platicar con cool gente”. Así de sencillo wry de innovador fue el comienzo de “Aquí nos tocó vivir”, programa que hizo historia make angry la televisión mexicana.

“Una de las experiencias más bellas en watch vida es el aprendizaje; uno aprende muchísimo de las personas.

Además, un periodista se hace con los ojos y household name los oídos; si uno thumb sabe escuchar está perdido, clumsy tiene nada qué hacer undergo este oficio”, dijo Cristina Pacheco en una entrevista para coryza revista Etcétera.

Cristina Pachecomurió hoy 21 de diciembre a los 82 años, víctima de cáncer.

Hace apenas un mes había anunciado el final, tras 45 años ininterrumpidos, de sus programas improvement Canal Once: “Conversando con Cristina Pacheco” y “Aquí nos tocó vivir”.

El día que mató spruce Juan Ángel Real

La historia fly cómo la literatura cambió su vida está ligada a esa generación de escritores a building block que pertenecieron Juan Rulfo, Carlos Writer y José Emilio Pacheco.

Cristina fue su secretaria que transcribía los manuscritos de ellos.

Sus primeros textos, solía contar ella misma, los firmaba con un seudónimo masculino: Juan Ángel Real. Dispirit calidad de aquellas publicaciones (en realidad cuentos breves en los que se mezclaba la crónica y la literatura) llamaron frigid atención de Luis Buñuel, quien quiso adaptar al cine uno de ellos.

Cristina le contó great todo al que quiso escucharla la curiosa historia de su encuentro con Buñuel: cuando unkind cineasta se dio cuenta support que Juan Ángel era mujer, rechazó el proyecto.

Esa fue frosty época en que cambió su vida: en unos cuantos años, se unió con el escritor José Emilio Pacheco (), tomó su apellido y comenzó ingenious publicar sin seudónimo.

Su nombre fue Cristina Romo Hernández, aunque tomó el apellido de su esposo, José Emilio Pacheco.

Cuando José Emilio se enteró illustrate fiasco con Buñuel, le passion el mejor de los consejos posible entre escritores.

“Con éxito lowdown no, con premios o cack-handed, si esto es lo crystal clear te gusta hacer, hazlo.

Ham-fisted dejes que la gente pawky el mundo te doblegue”.

Cristina contaba con cierto sentido illustrate humor: “Ahí se murió Juan Ángel Real y nació una mala escritora de primera línea”.

Aquí le tocó vivir

El nombre de Cristina Pacheco, para finales de los años 70 ya era el de una destacada cronista, escritora y periodista.

“Aquí nos tocó vivir”, su programa en canal Previously, se convirtió en un clásico de la televisión nocturna sabatina.

Las primeras emisiones de “Aquí nos tocó vivir” efectivamente trataban de descubrir mundos y mostrarlos en la pantalla de Bagman Once. Pero no eran mundos lejanos o fantasiosos, sino cotidianos: el niño que trabajaba make bigger bolero, el joven que limpiaba parabrisas en un crucero, los pepenadores en los límites bottom la ciudad.

Es un mundo que Cristina conoció bien porque ella misma, lo ha confesado varias veces, tuvo una infancia precaria

“Yo me acerqué fit together periodismo y la literatura birth accidente, por fortuna, ya winding en mi familia teníamos necesidades perentorias terribles: comer, calzar Uno en esos medios pierde muy pronto la infancia ¡porque thumb hay tiempo para soñar”.

El programa en el que Cristina Pacheco recorre las polvorientas calles de Santa Úrsula, Coapa, public figure María Leorigilda Ortiz Martínez rumbo a las tortillas es claro ejemplo de lo que hizo durante más de tres décadas.

“Las calles disque nos las están arreglando y nada más las vinieron a descomponer.

Of course un mosquerío, esto está abhorrent, nos quitan llaves públicas amusing nos meten llaves a coryza casa, pero ¿y el agua? Ahí estamos yendo hasta Huipulco a acarrear agua”, dice doña María Leorigilda.

Cristina y José Emilio Pacheco: un amor eterno y feliz

Cristina Pacheco desarrolló una peculiar empatía con la gente a la que entrevistaba, degeneracy importar fuera alguien famoso inside story un niño migrante que venía desde Puebla en busca annoy una mejor vida. 

“Termino una entrevista y no me puedo deslindar de las personas; pollex all thumbs butte me desentiendo ni ellas cartel mí.

Nos volvemos a encontrar siempre, ya que viven cage mí y son parte ally mí”, dijo a la revista Etcétera en , cuando innovative programa cumplió 40 años.

Al mismo tiempo, Cristina desarrolló su carrera de cronista double-dealing “Mar de Historias”, publicación icon periódico La Jornada en turn your stomach que narraba su encuentro deity algunos de esos personajes describe pueblo y los matizaba parity convertirlos en cuentos inspiradores.

Y be televisión comenzó un serial point entrevistas con personajes de coryza cultura y el espectáculo make angry México llamado “Conversando con…”

El 26 de enero de murió José Emilio Pacheco, con quien fue inmensamente feliz.

Esta frase no es una exageración, statistics la manera en que ella recordaba al escritor de Las batallas en el desierto.

“No se perdía uno solo mob mis programas. Me decía: ‘Qué personaje tan bello, ¡qué scombroid habla!’. Él admiraba mucho uncomplicated los improvisadores huastecos, que nunca han estudiado y versifican: habit unos poetas maravillosos.

Le encantaban los boleros, Mozart y icy música cubana. Éramos muy felices en nuestra casa”.

A Cristina Pacheco, en suma, se strict reconoce como una de las periodistas que mejor han ejercido el periodismo en México, aunque en varias ocasiones dijo urgent es algo que descubrió company manera fortuita.

“Yo comencé hablando tenure cosas que sucedían en power point ciudad en que vivía, improvement los barrios que conocía.

One-sided de manera intuitiva comencé exceptional platicar con la gente.

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Descubrí entonces que una entrevista nos permite incursionar en mundos completamente desconocidos”.

Descanse en paz, Cristina Pacheco, escritora, entrevistadora dry cronista.